¿Por qué es necesario cambiar el etiquetado energético?
La etiqueta energética nació para mostrar de una manera clara y visual el consumo de cada aparato y así incentivar la compra de aquéllos que fueran más eficientes. Se esperaba que los consumidores optaran por los electrodomésticos y las luminarias de menor consumo energético, ya fuera por conciencia sostenible pero, sobre todo, por el ahorro que suponía para sus bolsillos.
Para ello, la etiqueta se diseñó como una escala gradual, representada por distintos colores, que iba de la A (mayor eficiencia) a la G (menor eficiencia). Era una clasificación sencilla y muy visual, que no requería de ningún esfuerzo de interpretación por parte del consumidor. No obstante, esta escala pronto empezó a sufrir cambios, ya que se empezó a utilizar en una época en que los avances tecnológicos eran constantes.
En pocos años, los grados de eficiencia E, F y G quedaron completamente obsoletos y fueron eliminados, ya que los aparatos que consumían esa cantidad exagerada de energía dejaron de venderse. Y, al mismo tiempo, la innovación tecnológica supuso el lanzamiento de aparatos mucho más eficientes que los de grado A, forzando a que se creasen las categorías nuevas categorías por encima de la A, marcadas como A+, A++ y A+++.
Esos cambios, en teoría inocuos, ya que la escala seguía siendo igual de gradual y visual, supusieron que muchos consumidores no apreciaran la diferencia entre los distintos grados de A. Una vez ya se usaban fuentes de luz de rango A, los consumidores tenían la sensación de estar ahorrando ya lo suficiente y parecía que entre un A y A+ no podía haber mucha diferencia. De ahí que fuera necesario un cambio en la clasificación.
¿Cuándo se realizará el cambio a la nueva etiqueta energética?
El cambio de las etiquetas antiguas por las nuevas se realizará a partir del 1 de septiembre de 2021. A partir de esa fecha todos los nuevos productos incluirán la nueva etiqueta energética y, por otra parte, que los productos que ya están en los canales comerciales deberán ser re-etiquetados.
Los fabricantes deben enviar a sus clientes las nuevas etiquetas para que éstos las peguen encima de las nuevas. Y, dado que se establece un plazo de 18 meses para vender todo el stock acumulado y etiquetado con la normativa antigua, es posible que las etiquetas antiguas se mantengan durante este tiempo.
¿Cómo es la nueva etiqueta energética para iluminación?
La nueva regulación establece que la etiqueta mantenga la misma gradación de color del verde al rojo, pero volviendo a la escala de A a G eliminando las subdivisiones confusas dentro del sector A. la Será mucho más sencillo de entender y el mensaje volverá a ser el inicial: «optar por aparatos A o B dentro la escala de eficiencia más alta».
La nueva etiqueta supondrá una re-calificación de los productos, y bien puede ser que un producto anteriormente clasificado como de clase A+++ pase a estar clasificado como de clase C, o D. La razón no es, obviamente, que el mismo producto haya empeorado en cuanto a eficiencia, sino que en la nueva clasificación se van a dejar libres la categoría A y parte de la B para los productos más innovadores que puedan incorporarse a corto y medio plazo. De esa manera la clasificación podrá mantenerse durante más tiempo sin tener que cambiar las etiquetas de nuevo.
Además, las nuevas etiquetas incluyen mucha información complementaria. En ellas aparecerán reseñados el nombre del fabricante, la marca y modelo del aparato, el consumo anual en kilovatios hora (kWh), el tipo de aparato, el ruido que genera, si es el caso, en decibelios (dB) y, en el caso de las fuentes de luz, el consumo eléctrico por 1000 kWh, con pictogramas ilustrativos. Y, para saber más, también habrá un código QR para acceder a información complementaria sobre el producto.
En todo caso, la ley actual establece que se va a proceder a una nueva re-calificación en un futuro, cuando el 30% de los nuevos productos que se comercialicen en Europa estén en el rango A o cuando un 50% se encuentren entre el A y el B. La razón es que si la mayoría de los productos están en el rango más eficiente no hay ningún incentivo para el consumidor para adquirir los más eficientes y rehuir los que lo son menos. Y por eso se van a pasar los de clase A a clase B periódicamente, dejando la clase A libre para nuevas incorporaciones.
CELER siempre ha realizado un gran esfuerzo por ofrecer soluciones de iluminación altamente eficientes y seguirá trabajando para que sus productos sigan en las escalas más altas de la eficiencia energética.